Sí, claro que hay palabras que duelen. Duelen mucho. Y permanecerán en el álbum de mis logros, porque creo que nunca he sido lo suficientemente persona como para merecerme palabras bonitas.
Las cosas han cambiado y ya no puedo más. No sé de donde sacar las fuerzas que necesito. La fuente se ha secado. He perdido demasiado tiempo construyendo un chuvasquero que ahora se me hace pequeño. A través de mis ojos solo veo días grises, al calendario le faltan hojas y la maleta sigue encima de la cama.
Ahora mismo daría lo que fuese por escuchar tus canciones y bailar. Sí, sé que suena ridículo, pero es lo único que me gustaría hacer. La música es la única que en este momento podría hacer latir a este corazón de hojalata.