Bienvenidos a la República Independiente de mi vida.
viernes, 25 de octubre de 2013
I was talking to the man in the mirror
Lo confieso. Muchísimas veces me siento frente al espejo y mantengo una conversación con el reflejo que me devuelve. En una especie de autoconfesión analizo algo que me preocupa, ese problema que ronda a sus anchas por mi cabecita dejándola a la pobre invalidada para realizar cualquier otra tarea mental tal como estudiar... Puede que tener demasiado tiempo libre tenga la culpa... pero prefiero pensar que esto me sucede por algo, que de alguna forma debo dedicar algún momento a mis cosas, a mis preocupaciones o de otro modo estarán ahí atormentándonos todo el día. Muchas veces me prometo que voy a cambiar esto o lo otro, otras veces me reafirmo y me enorgullezco de algo que a mi parecer ha estado bien, algo que he bordao' , alguna que otra lagrimilla también la habré soltado sí... El caso es que, lo que pretendo comunicaros es que busquéis en vuestras vidas un pedacito para vosotros, que pongáis orden antes de que alguien venga a adueñarse de tu personalidad. Reclamad lo que es vuestro.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Recuperando el tiempo perdido
Letras desordenadas que buscan simpatizar con otras y formar palabras. Palabras que se sientan, se tumban y se tropiezan, colocadas minuciosamente por la razón, pero recién salidas del corazón.
Así funcionamos. Somos máquinas casi perfectas, ese casi es lo que nos hace humanos. Y cuando algo falla, tendemos a canalizar nuestros sentimientos. A mí me gusta escribir. Algo así como hablar contigo mismo mientras finges que tomas algún apunte.
Echaba de menos compartir esto, la vida, las experiencias, los miedos.
Han sido unos meses difíciles, una madrugada en el hospital para ver una luz que se apaga mientras distintas máquinas viven por él. Muchas noches sollozando de pura impotencia y fragilidad, por no lograr salir adelante. Decepciones por saber que no todos cumplen esa promesa de "en lo bueno y en lo malo".
Y entonces sales de tu castillo negro que al lado de los obstáculos que otros padecen no es más que un bonito apartamento en pleno centro de la ciudad. Es cierto, muchas veces pecamos de narcisistas, nos quejamos de vicio y al final retrocedemos.
Pero lo mejor es que después de todo, sigo aquí, disfrutando de la gente verdadera que me rodea, viviendo el presente, intentando levantarme de este susto y haciendo mudanza de actitud.
La vida al fin y al cabo es adaptarse, tener un plan B e incluso un plan C, es ser espontáneo, no tenerlo todo planeado puntillosamente. Vivir es vivir.
Lo he comprobado chicos y chicas, hay luz al final del túnel.
Así funcionamos. Somos máquinas casi perfectas, ese casi es lo que nos hace humanos. Y cuando algo falla, tendemos a canalizar nuestros sentimientos. A mí me gusta escribir. Algo así como hablar contigo mismo mientras finges que tomas algún apunte.
Echaba de menos compartir esto, la vida, las experiencias, los miedos.
Han sido unos meses difíciles, una madrugada en el hospital para ver una luz que se apaga mientras distintas máquinas viven por él. Muchas noches sollozando de pura impotencia y fragilidad, por no lograr salir adelante. Decepciones por saber que no todos cumplen esa promesa de "en lo bueno y en lo malo".
Y entonces sales de tu castillo negro que al lado de los obstáculos que otros padecen no es más que un bonito apartamento en pleno centro de la ciudad. Es cierto, muchas veces pecamos de narcisistas, nos quejamos de vicio y al final retrocedemos.
Pero lo mejor es que después de todo, sigo aquí, disfrutando de la gente verdadera que me rodea, viviendo el presente, intentando levantarme de este susto y haciendo mudanza de actitud.
La vida al fin y al cabo es adaptarse, tener un plan B e incluso un plan C, es ser espontáneo, no tenerlo todo planeado puntillosamente. Vivir es vivir.
Lo he comprobado chicos y chicas, hay luz al final del túnel.
lunes, 18 de febrero de 2013
Va de mí.
A veces necesitamos plantarnos frente a un papel para hablar con nosotros mismos y reflexionar. Sé que suena a topicazo, pero cuando la vida te da golpes por muchos lados, entras en una fase de melancolía y empiezas a añorar la persona fuerte y valiente que eras, o que creías que eras. Luego está la duda, la indecisión, ese momento en el que sopesas dejar algo que realmente te gusta, fruto de la inseguridad que no deja de brotar en mí y del miedo. El miedo a fallar a los demás, y a mí. El miedo a defraudar a las personas que quiero. Afortunadamente, hay muchas personas que me importan, lo agradezco, eso significa que soy verdadera, que no soy de madera.
Lo de fallar es muy sencillo, sé el sufrimiento que atraviesa alguien cuando otra persona a la que valora, en la que confía, le menosprecia, cuando esa persona da más de lo que recibe. La confianza a veces parece fruto de nuestra imaginación, un sueño, la creamos y nos parece real, la idealizamos. Y cuando nos despertamos del sueño, pum!, ha desaparecido...
Lo de fallar es muy sencillo, sé el sufrimiento que atraviesa alguien cuando otra persona a la que valora, en la que confía, le menosprecia, cuando esa persona da más de lo que recibe. La confianza a veces parece fruto de nuestra imaginación, un sueño, la creamos y nos parece real, la idealizamos. Y cuando nos despertamos del sueño, pum!, ha desaparecido...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)