Incluso cuando nos quedamos en silencio, estoy a gusto contigo. Incluso cuando te parezca que estoy triste, seria o enfadada; en mi interior, soy la persona más feliz del mundo.
Los mismos árboles que observaba ayer, las mismas aceras que recorría, las mismas canciones que escuchaba y de repente se han vuelto mucho más bonitas, más bellas, más sinceras.
Y por eso lo único que puedo hacer es darte las gracias y sonreír. Por todo.
Por esos momentos en los que tus palabras son tan bellas que mi contestación las desmerecería, y sólo puedo sonreír, intentando no estropear el momento.
Por los ojos con los que me miras, por como me hablas, por cuando ríes.
Gracias por ser. Gracias por quererme como soy.
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