No mires. No quiero que me veas así. Se me ha comprimido el pecho y se ha expandido mi pena. Gírate. No reconocerías mis ojos, ahogados en lágrimas. No amarías mi cara, envuelta en dolor. No entenderías mi pena, ceguera en tu corazón.
No mires. No quiero que me veas sufrir. Apaga la luz y cierra la puerta. Olvida que has visto mi cuerpo tembloroso. Ignora mis llantos y mi voz entrecortada.
Da media vuelta y vete, como has hecho siempre, que yo seguiré empapando la almohada.
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